¿Han visto los girasoles?
Se trata de una flor, que gira siempre en
busca del sol. Y es por esa razón que es popularmente llamada girasol. Cuando
una pequeña y frágil semilla de dicha flor
brota en medio de otra plantas, busca inmediatamente la luz solar. Es
como si pusiera, instantáneamente, que la claridad y el calor del sol la harán
posible la vida.¿ Y que le sucedería a la flor si la colocáramos en un lugar bien oscuro y
cerrado?.
Seguramente,
en poco tiempo, moriría. Tal cuales los girasoles, nuestro cuerpo físico
también necesita de la luz y el calor del sol, de lluvia y de la brisa, para
mantenernos vivos. Pero, no solo es el cuerpo cuerpo que necesita de cuidado
para proseguir firme. El espíritu también necesita de la luz divina para
mantener encendida la llama de la esperanza.
Precisa
del calor, del afecto, de la brisa, de la amistad, de la lluvia de bendiciones
que viene desde lo alto. Sin embargo, es necesario que hagamos esfuerzos para
respirar aire puro, por encima de las circunstancia desagradables que nos
rodean, Muchos de nosotros permitimos que los vicios ahoguen nuestras ganas de
buscar la luz y nos debilitamos dia tras dia como una planta mustia y sin vida
y es entonces cuando nos dejamos enredar en el zarzal de la haraganeria, de la
desidia y reclamamos de la suerte sin hacer esfuerzo para salir de la situación
que nos desagrada. Y es allí, en donde debemos recordar que para crecer de
acuerdo a los planes divinos, el creador coloca a nuestra disposición todo lo que
necesitamos. Es en el amparo de la familia donde recibimos, sustentación y
seguridad en todos los momentos .... La presencia de los amigos en a hora de
alegría o de tristeza .
Impulsándonos
hacia adelante. Son las posibilidades de aprendizaje que surgen cada instante
en el recorrido, haciéndonos mas claros preparados para decidir cual es el
mejor camino a tomar . Pero , ¿ qué sucede con nosotros cuando nos encerramos
en la oscuridad de la depresión de la melancolía y así permanecemos por
voluntad propia? Debemos entender que Dios tiene un plan de felicidad
para cada uno de nosotros y que para alcanzarlo, es presido que
busquemos los recursos disponibles . Es necesario buscar el apoyo de la familia
en los momentos que nos sintamos desanimados. Es necesario buscar la ayuda de
los verdaderos amigos cuando sentimos nuestra fuerza debilitándose.
Es
necesario, antes que nada, buscar la luz divina que consuela y aclara, ampara y
anima en todas las situaciones. Cuando las nubes negras de los pensamientos
tormentosos cubran con oscuros mantos el horizonte de tus esperezas, la
depresión te asedie el alma, imita a los girasoles y trata de respirar el aire
puro, más allá de las circunstancia desagradables. Cuando los problemas se
hagan insoportables, intentando sofocar la disposición para la lucha recuerda a
los girasoles y busca la luz divina a través de la oración sincera.
Que
tu vida sea de un remanso de paz amor y felicidad, hoy mañana y siempre.